De besos Pero aquél, aquél me marcó a fuego Tantas noches acompañando tu agonía pero esa noche no, alguien me suplió. Hay que soltarlo, dejarlo ir. Me quedé tan lejos…. en el cuarto de al lado. Me vinieron a buscar, —ya está, ya está. Me metí en nuestra cama, me cubrí con tu abrazo, acaricie ese cabello más rubio que ninguno, te besé quizás con más pasión, al saber que ya no te tendría. Y me quedé llorando en tu hombro. Cuando quise incorporarme, tu brazo ya rígido, me quiso detener, fue difícil quedarme de este lado Roxana Bogacz
Gracias a la vida que nos volvio a juntar
ResponderEliminar