Poemas, escritos y otras verduras de Roxana Bogacz

  Mujeres, niñas, madres,  trasvasan en hebras mensajes silenciados, son presagios, cuidados que guardan sin nombre los miedos no enunciados. Mujeres, niñas, madres, o no, ante la urgencia, el contacto del líquido humeante huelen a tés y flores destilan el color gritan, gimen, callan irradian sus sabores, soportan su dolor. Roxana Bogacz

"El cuerpo como brújula" Sumerjo mis pies en el piso de madera lustrada. Cierro mis párpados para ver, paraísos musicales dónde me convierto en Diosa, Emerge aquello negado, oculto. Mi cuerpo es misterio caja de capacidad insondable, sometida por siglos al encuadre. No dudo, no analizo, germino broto, perfumo,  exhalo, impregno. Levo los párpados el mundo es otro,  es nuevo es amable,  me anida, lo engalano.  Roxana Bogacz  #PoemasRoxanaBogacz

Exploro, pruebo, avanzo y retroceso. Te puedo acariciar. Sos mi cuerpo Leve y bien plantado abrazo la experiencia. Un nuevo ciclo fluye. Exploró, avanzo y retroceso, aparezco en una brillante noche tropical, saturada de aromas de flores nocturnas. Flexible, amable es mi cuerpo. me acompaña. Leve y bien plantado mucho tiempo olvidado. Me regala nuevas experiencias le regaló nuevos territorios. Circuitos inexplorados. Jugamos, el y yo nos abrazamos. Nos vamos reconociendo, estamos estando tanto tiempo olvidado siempre correcto siempre descalificado. Leve y bien plantado, mi cuerpo el mismo mi cuerpo transformado Caja de resonancia magníficamente sensible  y tanto tiempo negado. Entre el cielo y la tierra Las yemas de mis dedos me rozan, nos rozan somos uno, somos todos. Gracias me dices y gracias te doy compañero incondicional idioma, sin palabras, corporal, vibración, aliento regocijo y cansancio nada y todo, siempre por estrenar nada que ocultar. Soy así, así soy. Siempre nuevo, frío c

  Cada generación se preparó para un futuro que luego no fué. Hasta hace unos doscientos años en que se creo esta sociedad, invariable, estable predecible, confortable y terriblemente aburrida. En ese entonces, la preocupación planetaria, era un virus letal. Todo hacia suponer que la lucha para combatirlo nos uniría, tal cantidad de muertes nos mostraría que nadie vale más ni menos que otro ser humano y que hasta desaparecerían los conceptos de raza, religión, orientación sexual y todo tipo de etiquetas. Algo así sucedió pero alcanzó envasando a los seres " persona" en cápsulas individuales. No era eso lo que imaginamos los mayores. Hoy, doscientos cincuenta años más tarde el miedo está en tocarse, pocos vivimos alguna vez esa experiencia. Los que no la experimentaron creen que son solo habladurías de viejos arruinados. El comité gobernante intenta incluir en su programa diario, materias como naturaleza, historia, literatura, las pantallas en cuatro y hasta cinco dimensiones,

  Estamos alojados en el Hotel Sen, arribamos por la noche, a pesar de ser primavera, la temperatura es bastante baja. Durante el desayuno, el salón comedor sugiere la torre de Babel, grupos de distintas regiones del globo, algunos con la evidente incidencia del cambio de horario de sueño, cómo nosotros.  La ciudad de Miedzyrzecz se encuentra en el Oeste de Polonia, país del que huyeron mis cuatro abuelos y mi suegro, unos por hambruna, otros por los pogroms  o para evitar el servicio militar del zar y el último por haber asesinado a un polaco en defensa propia. El desayuno fue abundante compuesto por sandwiches de pan de centeno ( kanapi) rellenos de  rodajas  de rábanos y pepinos. Por separado huevos y luego challach, pan dulce  típico trenzado untado con mantequilla o miel. Pasamos por las habitaciones unos minutos y salimos a emprender el recorrido número uno. Desde el exterior veo que el hotel está íntegramente pintado de verde y los marcos destacados en blanco. La ciudad se encue

  Me encuentro en una isla paradisíaca, no es por mi elección. Me han traído hace unos días a cumplir una condena. El tribunal que juzgó y condenó es mi familia. Hasta hace unos días no supe por qué. No sé dónde está ubicada está hermosa tierra ya que llegué hasta aquí encerrado en un camarote y nunca tuve oportunidad de preguntar cuál era el motivo de tanta ira. Me permitieron preparar algo de equipaje antes de subir a la embarcación, de haber sabido a dónde me dirigía hubiese dejado la tablet, las corbatas y otras estupideces y hubiera cargado, alguna cuchilla, cubiertos plato, vaso, proyector solar, una carpa, pero no. No quisieron que fuera fácil. El odio en la mirada de mi hija no lo olvídaré en mi vida, pero al menos se interpuso para que mi yerno no me mate a golpes. Cuando me bajaron me dijeron a gritos que el agua del riacho es potable y que hay mucha fruta así que no me iba a morir. En un año y medio me volverán a buscar y esperan que aprenda la lección. Antes de zarpar me ti

  El tiempo. El tiempo, se aplasta, se estira, se pegotea, se confunde. Hay día pero no hay noches, la luz casi siempre queda encendida o entran de madrugada con platitos con pastillas surtidas, tensiómetro, unas tablas con un broche que sostiene los papeles de la historia clínica.. Hay pocas situaciones que me dan la pauta de que es un nuevo día, cuando siento un agujero en el estómago indica que es aproximadamente las 6 a.m., son necesarias doce horas de ayuno para algunos análisis, pero a eso se suma la demora que va aumentando según la habitación este al principio o al final del recorrido del extraccionista y de las chicas que reparten las bandejas con los desayunos. Y otro momento es el del baño, me resisto a meterme baja la ducha, aunque después me siento mucho mejor, pero por lo general digo que no quiero. Me cuentan que ya pasé por casi todos los pisos de este enorme sanatorio, para mí las habitaciones en cuanto al uso son todas idénticas pero las caras de mis visitantes cambia

 Y tenía que llover Salgo por la mañana, intento  cumplir la consigna de hoy, al salir del ascensor saludo al vecino del once a qué espera para subir con sus tres perros raza callejeros, le pregunto si alguno es nuevo pero no, el último lo adoptó hace cuatro años y afirma, más de tres no, cuota completa, mientras nos despedimos observo que usa aún hoy iniciado el mes de noviembre, su gorro de lana, muy sobrio pero supongo que caluroso. Saludo al señor de seguridad, Miguel y al llegar a la vereda dudo de continuar con el objetivo, todo está húmedo y patinoso, algo algunas compras dentro de la misma cuadra, intento retirar dinero en efectivo, ni Farmacity, Pago Fácil, Disco tienen efectivo, el banco tiene una importante cola en la vereda, no quiero esperar y postergo la tarea para la tarde.  En ese corto trayecto ya me di cuenta que esta premisa, no es fácil. El ejercicio requiere estar en la calle de una manera poco habitual, de manera consciente, presente, evaluar, sentir, descubrir. P

  Era joven, tenía belleza, dinero, salud, amor, hijos, pero no lo estábamos pasando bien. Estabas gravemente enfermo, decían los médicos, aunque salvo por los controles y los pronósticos, nuestra vida transcurría casi como siempre, casi, porque tenía otra intensidad, estallaba en viajes, fiestas, salidas. El diagnóstico era difícil de asociar a un pequeño lunar sangrante, en un hombre joven que seguía jugando al tenis y al fútbol como siempre lo habias hecho Éramos jóvenes, invencibles, inmortales. Entre control y control viajábamos mucho, solos o con nuestros hijos, Estados Unidos, Bariloche, Europa. Dormíamos en la ciudad, o en la casa del country, meses después en sanatorios, piezas comunes, terapia intensiva. Mientras abría lentamente mis ojos cada mañana, intentaba darme cuenta dónde estaba. Recuerdo que en aquella época, hace más de treinta años, aprendí a apreciar, el correr del agua por mi cuerpo al ducharme, en contraste con tus baños de paños enjabonados, el aroma a plantas