El Sr de los libros en yddish

#PoemasRoxanaBogacz

"El sr de los libros en idish"
Haber sido cobradora de una institución como en la que trabajé fue un privilegio.
Mis padres estaban orgullosos y la verdad que yo también.
Recordando a la distancia, puedo ver que era un trabajo que requería cierta delicadeza y mucho respeto.
No en todos los casos pero al menos dos o tres veces al día entraba a la casa de una familia, y cada hogar es un templo, asi lo siento.
Cada casa tiene su olor, su clima especial..
En esta ocasión voy a contar la historia de un viejito que conocí en la zona de once.
Supongo que podía caminar por los aparatos que habia junto a su cama pero yo nunca lo vi de pie.
Su cama era alta y estaba orientada con los pies hacia la ventana.
Un día me enteré que era un gran lector pero sólo de libros en idish y que le era muy difícil conseguirlos.
Mi cabeza entró en modo búsqueda de archivo y recordé que a pocas cuadras de allí alguien me había consultado dónde podía donar sus libros ya que a nadie de su familia le interesaban.
Nuestra biblioteca solo recibía títulos que no figuraran en su haber. No había lugar  para libros repetidos.
Este es un fenómeno bastante común como comprobé años después cuando quise donar los míos, pero volviendo al sr José le pregunté si podía hacer una llamada, no recuerdo haber tenido celular en aquel entonces..
Tome el listado de socios y llamé.
-que tal? Cómo está usted?
Recuerda que me comentó que tenía libros para donar?
Los ojos de José se iluminaron, se humedecieron.
-Aqui hay un señor que sólo lee en idish y pensé que a lo mejor.... no me dejo terminar, pero por supuesto. Dicho esto le pasé el teléfono al dueño de casa y allí mismo coordinaron de acuerdo con las personas que los cuidaban como harían para intercambiarlos. Deambularon ida y vuelta las cajas esas ocho cuadras.
Por supuesto la charla se volvio  inteligible para mi, entiendo poco y nada idish.
Por momentos dudé si había hecho lo correcto, si esos libros no merecían pertenecer a una biblioteca institucional, pero no, ya habría tiempo para dormir en los estantes.
Por el momento esos libros estaban destinados a alegrar vidas.
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Dedicado a Nora Fastovsky, Claudia, Mariano Korman Mariano, Sandra Jun y tambien a Luis Sergio Grynwald

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