La clase de lingüistica
La clase de lingüística.
Este grupo estaba formado por personas muy diversas, en todo sentido, edad, condición social, formación y sexo.
Lo único que teníamos en común era que los jueves a las 19hs nos reuníamos en el saloncito de conferencias intentando encontrar alegría y sanación.
Era un grupo de pacientes oncológicos. Todos con mucha garra. Con muchas ganas de vivir. Sólo los guerreros veníamos a las reuniones. Los que estaban física o psíquicamente destruidos no asistían.
Contra toda creencia , no todos los guerreros sobrevivieron.
No entiendo de dónde surge la creencia de que el que quiere vivir vive, cargando así de responsabilidad al ya sufrido paciente. Pero cada uno con sus creencias.
Recuerdo que ese jueves llegué mas temprano , me presente en el mostrador de entrada solicitando permiso para dejar los volantes de sin pucho ya que dejar de fumar es muy importante para cualquier persona pero mucho mas para pacientes tan graves.
Grande fue mi sorpresa cuando me dijeron que no podía dejarlos, que el método no estaba científicamente probado.
Grande la sorpresa y gran esfuerzo para contener la carcajada.
Claro ellos no podían saberlo , pero entre los pacientes de los jueves por la noche se daba un intercambio de gorgojos para comer vivos, té de un hongo llamado Kombucha, teléfonos de chantamédicos etc etc etc.
Si en un instituto de primer nivel, de excelencia y por el que ciento un profundo agradecimiento.
Pero lo que quiero contar hoy fue una experiencia extraordinaria que vivimos por aquellos días.
La coordinadora a la que llamaré Clara preguntó a cada uno que extrañaba de cuando estaba sano? Qué quisiera volver a hacer?
En orden, cada uno fue soñando un poquito.
Bueno dijo Clara, la semana próxima cumpliremos el sueño de Iris. Como escucharon Iris quiere volver a dar una clase de lingüística, prepárense para escucharla y para hacerle algunas preguntas.
Aquella Iris tan débil, de voz casi inaudible fue a su casa y volvió el jueves siguiente tan radiante, tan feliz como nunca la había visto. Su carita brillaba sobre el escenario.
Al poco tiempo Clara recibió un mensaje de texto: gracias querido grupo, Iris partió , se fue feliz , desde el día que comenzó a preparar su clase hasta que se quedó plácidamente dormida, estuvo feliz.
Dedicado a muchos, Miriam Aron, Cristina Risso , Anibal, GabrielaGabrie y Fernanda Goyzueta y obviamente a Clara la coordinadora.
Asociacióm Antitabáquica Sin Pucho
Este grupo estaba formado por personas muy diversas, en todo sentido, edad, condición social, formación y sexo.
Lo único que teníamos en común era que los jueves a las 19hs nos reuníamos en el saloncito de conferencias intentando encontrar alegría y sanación.
Era un grupo de pacientes oncológicos. Todos con mucha garra. Con muchas ganas de vivir. Sólo los guerreros veníamos a las reuniones. Los que estaban física o psíquicamente destruidos no asistían.
Contra toda creencia , no todos los guerreros sobrevivieron.
No entiendo de dónde surge la creencia de que el que quiere vivir vive, cargando así de responsabilidad al ya sufrido paciente. Pero cada uno con sus creencias.
Recuerdo que ese jueves llegué mas temprano , me presente en el mostrador de entrada solicitando permiso para dejar los volantes de sin pucho ya que dejar de fumar es muy importante para cualquier persona pero mucho mas para pacientes tan graves.
Grande fue mi sorpresa cuando me dijeron que no podía dejarlos, que el método no estaba científicamente probado.
Grande la sorpresa y gran esfuerzo para contener la carcajada.
Claro ellos no podían saberlo , pero entre los pacientes de los jueves por la noche se daba un intercambio de gorgojos para comer vivos, té de un hongo llamado Kombucha, teléfonos de chantamédicos etc etc etc.
Si en un instituto de primer nivel, de excelencia y por el que ciento un profundo agradecimiento.
Pero lo que quiero contar hoy fue una experiencia extraordinaria que vivimos por aquellos días.
La coordinadora a la que llamaré Clara preguntó a cada uno que extrañaba de cuando estaba sano? Qué quisiera volver a hacer?
En orden, cada uno fue soñando un poquito.
Bueno dijo Clara, la semana próxima cumpliremos el sueño de Iris. Como escucharon Iris quiere volver a dar una clase de lingüística, prepárense para escucharla y para hacerle algunas preguntas.
Aquella Iris tan débil, de voz casi inaudible fue a su casa y volvió el jueves siguiente tan radiante, tan feliz como nunca la había visto. Su carita brillaba sobre el escenario.
Al poco tiempo Clara recibió un mensaje de texto: gracias querido grupo, Iris partió , se fue feliz , desde el día que comenzó a preparar su clase hasta que se quedó plácidamente dormida, estuvo feliz.
Dedicado a muchos, Miriam Aron, Cristina Risso , Anibal, GabrielaGabrie y Fernanda Goyzueta y obviamente a Clara la coordinadora.
Asociacióm Antitabáquica Sin Pucho
Comentarios
Publicar un comentario
Me gustaría saber si me lees