Campanita

#PoemasRoxanaBogacz 

Tilín, suena la campanita de la puerta de entrada.
Estoy casi segura que es el viento, por el compás que lleva, además casi nadie la usa, por algo así como respeto, o por la comodidad del timbre.
A veces  pienso que debería cambiarla, por otra más pesada que el viento no enloquezca, pero se me hace difícil, porque me recuerda aquel hermoso viaje que hicimos juntos.
Cuando bajamos de la aerosilla con el alma tallada por esas vistas impresionantes de los Alpes.
Reíamos por casi todo, éramos jóvenes y el futuro era amplio, infinito.
Los puesteros vestidos con sus ropas típicas, los suecos de madera de todos los tamaños y colores, desde llaveros hasta macetas. 
El vendedor de anguilas que las sacaba vivas y te la ofrecía así como el mejor bocado.
El sol suave contrarrestando el frío de las altas cumbres.
Relojes cucú , cencerros decorados con cintas negras y rojas, bordadas con flores blancas.
Seguro la compraste mientras me entretuve viendo la danza ensayada para que parezca improvisada...... Nunca te pregunté.
Cuando llegamos al hotel apareció sobre mi cama y la adoré. 
Como olvidar cuando nos hicieron abrir la valija al embarcar rumbo a Israel, "objeto metálico no identificado", reímos otra vez, con picardía.
Hoy volvió a sonar, y no hay viento.
Hoy volvió a sonar y no hay nadie del otro lado del visor, y yo sé que viniste a visitarme, a decirme que prontito todo estará mejor.
Cómo podría cambiarla aunque a veces me despierte a altas horas de la noche, si guarda en su interior los besos que equilibran mi alma y anuncian que pronto, pronto todo estará mejor

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