De besos Pero aquél, aquél me marcó a fuego Tantas noches acompañando tu agonía pero esa noche no, alguien me suplió. Hay que soltarlo, dejarlo ir. Me quedé tan lejos…. en el cuarto de al lado. Me vinieron a buscar, —ya está, ya está. Me metí en nuestra cama, me cubrí con tu abrazo, acaricie ese cabello más rubio que ninguno, te besé quizás con más pasión, al saber que ya no te tendría. Y me quedé llorando en tu hombro. Cuando quise incorporarme, tu brazo ya rígido, me quiso detener, fue difícil quedarme de este lado Roxana Bogacz
Aquellos días los recuerdo como una de las mejores vacaciones de mi infancia. Dos primas nos quedamos un fin de semana en la casa de mi abuela Sara. Dormimos en una sola camita con una almohada en la cabecera y otra en los pies. Todo lo que mi abuela hacía era con tanto amor que ninguna estadía en algún hotel de lujo dejó un recuerdo tan nítido. Sabanas bien blancas, almohadas de plumas. En cada escalón de la escalera que iba del patio a la azotea, lo adornaba una maceta. La fruta repartida en trozos entre todos, el mate de leche con azúcar. Mi abuela usaba medias de seda, esmalte rosa nacarado, tinte azul en su cabello canoso. Mucho pedimos que nos pintara las uñas pero nos respondió que cuando creciéramos. Comprendí rápidamente que tenía que esperar a que me compren un corpiño y que me "crecieran" los elásticos para sostener las medias de seda. La aventura literaria #poemasRoxanaBogacz
Obsesión con volar ( Ejercicios @ Araceli Campana) La aventura literaria. Antes de despegar, levanto vuelo Cruzan palabras que solo uso de vez en cuando. Cuando vuelo. Migraciones, aduana, pasaporte. Palabras voladoras que no impiden la triste despedida ni avalan una cálida llegada. Vuelo, cinturón, valija, turbulencia, máscara oxígeno, de no estar en modo avión, ninguna cobraría su propio vuelo. Roxana Bogacz
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