Sábado de feria
Este sábado hay un movimiento inusual en la casa, piensa Nora. Mamá volvió de la peluquería, está linda porque es linda, no entiendo para qué le ponen esa cosa pegajosa en el pelo que además está inflado como los nidos de los pájaros, que vi en algun libro de la biblioteca.
Papá se puso una camisa con florcitas, mamá el vestido de pasear y para mí preparó mi precioso vestido nuevo viejo de pintitas blancas sobre blanco, ¡es tan lindo!. Mi mamá le cambió el lazo azul con el que lo usaba mi prima Silvia. Me preguntó ¿de qué color me gustaría que compre el nuevo?. Ahora ya está con el cinturón de terciopelo fucsia y unas florcitas que me encanta estoy tan contenta.
Salimos y mientras caminamos por la calle nos cruzamos y saludamos con conocidos y amigos, todos muy bien vestidos y alegres. Uno me toca la cabeza diciendo-¡Que linda polaquita!.
Voy de la mano de papá y mamá, cada tanto jugamos a la una a las dos y a las….:- Tres, -grito y vuelo casi hasta las estrellas.
A lo lejos se escucha música de feria, cuando llegamos, en el inmenso lote despoblado que papá siempre advierte que no hay que andar solo por ahí, hay una gran fiesta. Vendedores de pirulines, manzanas acarameladas, copos de nieve, mamá me dice que piense bien cuál quiero porque solo comprara uno. Elijo el copo porque es el más grande.
Vamos a varios juegos, un trencito, los autos chocadores, papá prueba su fuerza con el martillo, y su puntería volteando patitos, -¡es tan fuerte!.
De pronto nos encontramos haciendo fila para otro juego, a medida que nos acercamos digo que no quiero ir, le tiró de la pollera a mamá, grito me revuelco, no quiero, no quiero.
Papá me alza a upa y me dice:- se llama la vuelta al mundo, te va a gustar, sigo pataleando y aunque me quiere convencer que estando con él nada malo me va a pasar, no lo logra, finalmente me baja y le digo: -ahora estando abajo está todo bien pero al llegar arriba vamos a quedar cabeza abajo y nos vamos a caer. Mi papá se sube al juego riendo a carcajadas, yo me limpio las lágrimas y los mocos y me tapo los ojos por las dudas para no verlo caer.
Roxana Bogacz
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