A golpes el badajo

despierta la campana

Los ojos elevados

ruegan, interrogan

agradecen, reclaman.

La pieza en una danza

late, se balancea.

Las almas asomadas

en ojos acielados

saben su pequeñez

advierten su ignorancia.

No todas tienen fé

de esa del padre nuestro

algunas ni siquiera

conocen las plegarias.

De forma milenaria

levantar la mirada

es aceptar, es humildad

Es finitud

E impotencia.

Saben que hay algo más

ajeno, inescrutable.

incómodo, irrefutable.


Roxana Bogacz

Ph: José Luis Blanco



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