Dos caramelos

 Día 3


Dos caramelos en el fondo del frasco y algunos papeles vacíos. Los envoltorios son de colores surtidos, de muchos sabores menos de menta. Los caramelos ya medio pegoteados son verde intenso, Mentoliptus, esos que no le gustaban. -Saben a remedio decía, Berta  mi madre.

Mi madre tenía algunas costumbres que ya no iba a modificar. 

Estaba muy viejita y aunque siempre se arregló sola, los últimos tiempos enfermó, así que yo la visitaba con más frecuencia en su casa de Bernal, y me quedaba a dormir allá una o dos noches.

Para ese entonces ya no íbamos a almorzar,  ni a Havanna ni a Bonafide, dos clásicos del centrito. La única salida era hasta el banco, a dos cuadras porque se resistía a sacar dinero por el cajero, le costaba mucho esfuerzo llegar y volvíamos en remise porque ya no tenía energía para regresar.

En esas noches de acompañarla, descubrí que al acostarse después de lavarse los dientes se comía tres o cuatro caramelos, y me decía: - masticables no, por la dentadura.

La dentadura eran dos dientes que sostenían la prótesis, en vano intenté que no coma azúcar antes de dormir, por suerte los dientes pilares ni se cayeron ni se enfermaron, siguieron en su puesto así como los caramelos mentolados en el frasco.

Roxana Bogacz


#PoemasRoxanaBogacz

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