¿Qué pasó después?

 


Luego de develar el misterio de aquella antigua foto, Eduardo continuó con los trámites tropezando reiteradamente con diferentes obstáculos, hasta que finalmente logró hacerse de la nueva ciudadanía.

Sobre la tapa del viejo piano, que ya nadie toca, sigue la antigua fotografía con un nuevo marco. A pesar de que el niño, fuera un ilustre desconocido, hacía tanto que se encontraba en el decorado familiar, que a nadie, nunca se le ocurrió desecharla.

Por ese entonces, los integrantes más jóvenes del clan comenzaban a cursar la universidad, se extrañaban los juegos de mancha y escondida y el cantito: "Queremos comer, queremos comer".
Las reuniones continuaban sábado por medio en la casa de María, dónde Eduardo había crecido, pero con menos integrantes, el plantel estable estaba integrado por la abuela María y Sus tres hijos con sus parejas actuales, Eduardo el único que seguía con su primer mujer.
Los compromisos sociales, los estudios y los amoríos hacia que la presencia juvenil fuera azarosa.

Esa noche, a pedido de Olivia todos estuvieron presentes, si bien algunos llegaron sólo para los postres 
Cada uno imaginó cuál podía ser el motivo del pedido de la nieta que durante toda la cena sonreía nerviosa.

Olivia pidió que se ubicarán de tal manera de que todos pudieran ver la pantalla de su laptop. Algunos protestaron contra la invasión tecnológica y su modo de interferir en la comunicación de las personas cercanas.

Cuando por fin se estableció la conexión Oli abrió dos jpg, uno con la fotografía del niño con el cigarrillo en la boca y el gallo de mascota y otro con la nota al dorso.
Todos se sorprendieron de la nueva versión digitalizada.

Oli anunció:
-He publicado este material en un buscador de personas hace aproximadamente diez meses.
Los primeros que se contactaron fueron personas que gentilmente tradujeron la nota.
Cómo yo escribí al pié que me gustaría saber algún dato sobre esta criatura que había hecho sonreír a varias mujeres de mi familia, la nota se viralizó de un modo exponencial.
La última novedad que tengo es de un tal Albert Goldovich que envió está fotografía ( la abre en ese momento) que cómo se puede apreciar es de un parecido increíble, aunque en color y con ropa más moderna y acotando que sus antepasados probablemente provenían de esa zona de Europa, también agrega que su prueba de ADN da demasiados parientes cercanos y por último agrego el siguiente recorte.

Médico especialista en fertilidad, Donald Cline, de Indiana es denunciado por haber fertilizado con su esperma a más de noventa mujeres con el fin de propagar su fe religiosa.
Y agrega, muchos de nosotros nos parecemos al niño de la fotografía, inocente predecesor de este científico maniático.

María que parecía ajena a toda la situación palideció, recordando los relatos de los campos de concentración.

Roxana Bogacz.



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