Carta a mí, niña



Carta a mí, niña.


Hola,  ¿cómo estás?

Quiero contarte algunas cosas, que no imaginábamos allá y entonces.

A lo largo de estos años adquirí algunos títulos de los que me siento muy orgullosa y he perdido otros.

Sigo escribiendo, pero ya no dejando marcadas varias hojas por apretar  la lapicera. 

Muchas expectativas no se cumplieron.  La guerra de Malvinas no nos devolvió el territorio. La familia política dejó de tratarme como una hija más cuando adquirí el título de viuda. La democracia no es como la soñamos y el nuevo milenio llegó sin la cura del cáncer, sin el fin de las guerras, sin salud y sin  comida para todos.

En cuanto a lo personal, sigo con algo de tu ingenuidad, creo en las personas; la idealización muchas veces no me deja disfrutar de las cosas tal como son. 

Mis hijos y mis nietos son mi mayor orgullo, hay uno que es igual a vos. 

Todavía me sonrojo y si alguien me gusta no sé cómo actuar. Aún no aprendí mentir sin ser descubierta. 

Estoy conectada con Patricia, sí aquella vecinita con la que cocinábamos tortitas de barro, nos vemos por las redes sociales, difícil que entiendas de qué hablo.

Con Diana nos separamos por posiciones políticas.

Yo que fuí educada con culpa y con miedo al qué dirán, recibí de mis nietos el nombramiento de la persona de mente más abierta de la familia, un honor.

Las cosas no resultaron como las pensamos pero eso me enseñó a vivir Aquí y Ahora, que es el único momento que existe.

Te abrazo. Confiá en vos misma, a esta altura puedo decirte que sos mucho más fuerte de lo que te imaginas. Que te vas a caer unas cuantas veces, pero te volverás a levantar; no permitas que nada ni nadie endurezca tu corazón.

Siempre en mi

#PoemasRoxanaBogacz

Roxana Bogacz 



 

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