Muchacha de la perla
Ay quien pudiera, pudiera
ser la perla que pende
de tu oreja pequeña
y susurrarte mil veces
las canciones de amor
las palabras perfectas.
Ay quien pudiera, pudiera
volverse tu pañuelo
convertirse en turbante
acariciar tu pelo
y la espalda rozarte.
Ay quien pudiera, pudiera
ser destino absoluto
de tu mirada anhelante
entreabrir esos labios
siendo la vez primera
Ay quien pudiera, pudiera
desprender los botones
acariciar tu cuerpo
estrenar todo aquello
aún no descubierto.
Roxana Bogacz
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