sin título
¿Cómo estás?, decimos al vernos, al pasar… No esperamos, nos sorprende la palabra genuina, esa que sin nombrarlo nos reclama un abrazo una caricia tierna. Hay momentos como estos, de tristeza infinita y desconcierto intenso que traen revelaciones. Este día nublado, después de la pérdida y de bolsillos cargados de dolores secretos y otros confesados me pregunto ¿Cómo se pide un abrazo? Quizás sólo se trata, de acariciar un hombro de mirar a los ojos cuando nos encontramos. De confiar en pedir si estamos vulnerables y de dar, de sembrar de iluminar transitando la vida de dejar la omnipotencia, la exigencia y ser sólo y nada menos que simplemente humanos. Gracias por leerme Roxana