sin título

¿Cómo estás?, decimos 
al vernos, al pasar…
No esperamos, 
nos sorprende 
la palabra genuina,
esa que sin nombrarlo
nos reclama un abrazo 
una caricia tierna.
Hay momentos como estos, 
de tristeza infinita
y desconcierto intenso
que traen revelaciones.
Este día nublado, 
después de la pérdida 
y de bolsillos cargados
de dolores secretos 
y otros confesados
me pregunto
¿Cómo se pide un abrazo?
Quizás sólo se trata, 
de acariciar un hombro
de mirar a los ojos 
cuando nos encontramos.
De confiar en pedir
si estamos vulnerables 
y de dar, de sembrar
de iluminar transitando la vida
de dejar la omnipotencia, 
la exigencia 
y ser sólo y nada menos que simplemente humanos.
Gracias por leerme 
Roxana 



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