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Mostrando entradas de diciembre, 2024

El tiempo, durante una internación

El tiempo en internación  El tiempo, se aplasta, se estira, se pegotea, se confunde. Hay día pero no hay noches, la luz casi siempre queda encendida o entran de madrugada con platitos con pastillas surtidas, tensiómetro, unas tablas con un broche que sostiene los papeles de la historia clínica.. Hay pocas situaciones que me dan la pauta de que es un nuevo día, cuando siento un agujero en el estómago indica que es aproximadamente las 6 a.m., son necesarias doce horas de ayuno para algunos análisis, pero a eso se suma la demora que va aumentando según la habitación esté al principio o al final del recorrido del extraccionista y de las chicas que reparten las bandejas con los desayunos. Y otro momento es el del baño, me resisto a meterme bajo la ducha, aunque después me siento mucho mejor, pero por lo general digo que no quiero. Me cuentan que ya pasé por casi todos los pisos de este enorme sanatorio, para mí las habitaciones en cuanto al uso son todas idénticas pero las caras de mis ...

El tiempo

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  ¡El tiempo, esa mentira! ¡Tantos son los cómplices!  Hasta inventaron medidores falsos, que giran o no buscan encarcelarlo. Es que acaso  puede tener  igual medida la espera en un quirófano y en la peluquería? Le inventan engranajes, agujas en cuadrantes hasta botellas de arena, arena que cae y no derrama no sabiendo,ignorando que  cada corazón, que cada alma dolida, encaja en diferente molde el tiempo transcurrido luego de las partidas. fotografía Patricia Barone

la Murga

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 La Murga Roxana Bogacz  cuento, corrección día 19 de diciembre 2024 Enero, calor, poca gente en Buenos Aires o al menos en las oficinas.  Como todos los días tomo el subte D, aunque algunos amigos me advierten que no debería. Según ellos mi ropa, mis zapatos, resultan demasiado exquisitos, una provocación. El reloj no, uso uno muy barato desde que me robaron, hace un par de meses la joya familiar. De pronto, una marea de jóvenes de disfraces multicolores, ridículos, se adueña del vagón, el bochinche es  insoportable, algunas personas ponen algún billete en el bombín de un chico, que haciendo pasitos de baile dice, ¿podríiiia colaborar? Que  indignantes estos fomentadores de acciones intrusivas e inapropiadas, mi rabia aumenta.  Se para ante  mí Mr Bombin gritando, podría colaborar, rápidamente retrocede ante mi cara de pocos amigos. Comienzo a transpirar, me siento amenazado, pero no desciendo hasta llegar a Plaza San Martín. e Ellos bajan tras de mí....