La vecina
Créame que tuve que hacer un esfuerzo, para recordar cuándo y dónde ví a Diana por primera vez. Conocía a varios integrantes de su familia desde hacía muchos años. Allá, a fines del siglo XX me desempeñaba como recaudadora de donaciones, a domicilio, para una importante institución. Fué en una de mis zonas de trabajo, a pasos del obelisco. La primera vez que anduve por allí, mi poco sentido comercial me impedía comprender por y para qué se agrupaban tantos negocios con el mismo rubro en tan pocas cuadras. Volviendo al tema de Diana, la conocí en una de esas joyerías de la calle Libertad. Dentro del local parecía un personaje secundario. El principal era el padre y fundador del negocio. Luego estaban ellas, las hijas, Marga y Diana,la primera, refinada, culta, parecía mirar a su padre con veneración y nuestra protagonista, más desprolija, limpia, con ropa bien combinada, pero sí, más desprolija, "la divorciada", con su pelo rojo, corte garçon , opaco a fuerza de tantas tint...